Recuerdo estar viendo noticias en un canal italiano allá por febrero y flipé...
Me parecía todo tan surrealista que no alcanzaba a comprender como estaba pasando eso en mi querida Italia. Como muchas sabéis mis raíces, o una gran parte son de Sicilia y Calabria, ya os contaré un día alguna que otra batallita. Y más cosas de mis raíces, que no veáis si son de varios sitios.
Retomando, miraba noticias y flipaba pero me sentía a salvo porque aquí en España estábamos lejos, que ingenua fui.
El día cinco de marzo me llama por teléfono y me dice que viene a comer a casa mas pronto, bueno, entra dentro de nuestras posibilidades...
Sobre las 11 de la mañana le veo abrir la puerta cargadito de cosas, gafas VR, cajas de cables, Focos, luces y un sinfín de cosas que no se ni que son....¡mundo de programadores!
Me informa que sus jefes han decidido que todo mundo a teletrabajar, que no quieren correr un solo riesgo, ni en lo mas mínimo. Que esto que viene es gordo, y vaya si lo es.
Así empezó todo.
Compartimos espacio de trabajo porque el taller también es despacho y oye, tan a gusto.
Me empezaron a pedir mascarillas, empecé a hacerlas, me contactaron de tiendas, cosa que no había sucedido nunca y empecé a servir a unas pocas y las carreras a cortar, montar, coser, planchar y empaquetar no eran nada comparadas con las horas que me comía en correos...mi marido bajaba a entregar pedidos en el portal de casa a gente que es clienta habitual y hasta tuve el caso de servir mascarillas para bodas, comuniones a coles, mamás que me pedían mascarillas para toda la clase, para casa, para cumples...bueno nunca viví algo así, pero os prometo que no daba de mi.
Así me tocó pasar por una tendinitis, dos episodios de lumbalgia y una dorsalgia, parecía yo maripastillas...siendo enemiga acérrima de tomar medicamentos me tuve aguantar y hacer caso de mi medico de familia, mi querida doctora Ruiz que no la puedo querer mas, si hasta me llamaba para hacer controles.
A todos nos ha afectado de alguna manera y nos ha trastocado los planes, porque somos inquietos por naturaleza y esto nos ha superado a todos.
En mi caso solo tuve estrés porque me sentía impotente y una sola persona al frente de una pequeña marca tiene que trabajar mucho para que las cosas salgan a tiempo.
Pero no paso a mayores, soy bastante casera y tener el taller en casa es algo que elegí porque compagino todo y mi vida la tengo bien organizada, mi marido es un buen compañero de ruta en estas cosas.
Ahora las cosas son diferentes, ya sabemos que tenemos que hacer, distinto es que lo hagamos o no, eso ya está en cada uno. Pero si sabemos que nos tenemos que cuidar y poco a poco nos hacemos a la idea que nuestras vidas han cambiado y que nada volverá a ser como antes, viviremos una nueva realidad y nuestros hábitos tendrán que modificarse.
Cuando empezamos con las mascarillas no podíamos hacer mas que las higiénicas de tela y ponerles filtros, además de guardar las distancias, claro está.
Ahora podemos acceder a telas homologadas, en mi caso me costó muchísimo poder conseguir una que realmente esté certificada y por fin la tengo y puedo decir que mis mascarillas están hechas con tejido sanitario certificado.
Como no sabría explicarme bien y ya os he soltado bastante rollo, os invito a ver en la tienda on line el apartado de CERTIFICACIÓN TEXTIL allí está todo lo relativo a las telas que utilizo, todas las dudas se resuelven allí.
Quise hacerlo así porque me quedo mas tranquila si lo veis por vosotros mismos, de todos modos, en cada mascarilla os llega un pequeño papel con un breve resumen pero siempre hago hincapié en que lo miréis en la web.
Tenemos seis estampados diferentes que nos van genial con todos los colores, porque tampoco está de mas combinar un poco nuestro atuendo.